Un robot muy guapo con la cara de Luis Homar entra por la puerta y me dice que viene ayudarme, que va a limpiar mi casa, a cocinar para mi, llega a tiempo para arreglar todas las goteras de mi techo y pintar todo de nuevo de un blanco reluciente, que no me preocupe por nada, que sólo tengo que descansar y dedicarme a pintar si quiero, yo le pregunto si de paso podria resetearme o hacerme un exorcismo o un poco de vudú para olvidar el pasado, me dice que no, tristemente no está programado para eso...pero que puede informarse..."me gustan los transformers...a tí te gustan los transformers?- me pregunta divertido - los transformers nos enseñan que las cosas no son siempre lo que parecen...algo como una camioneta podria ser un robot alienígena o alguien inmerso en una relación amorosa podria sentir algo distinto de lo que aparenta sentir...o una conversación sobre los transformers podria tratar de alguien que se encuentra en esta habitación...voy a hacer una pausa para ver si lo captas..." Yo lo capto, pero miro para otro lado mientras me fumo mi sexto cigarro del dia (sólo son las 8 de la mañana), aunque hace sólo unas semanas que comencé a fumar ya no puedo vivir sin mi cajetilla de tabaco, amable dosis de relax que no pide nada a cambio,sólo que aspire el grisáceo humo y contamine de modo consciente mis limpios pulmones largamente cuidados durante una vida de no fumador, total me voy a morir, qué más me da?...el robot que se parece mucho a Luis Homar se acerca a mí, tanto que puedo oler su aroma a futuro y un poco a plástico recién estrenado, lo pongo en modo cariñoso y cuando me doy cuenta nos estamos besando apasionadamente en el sofá marrón chocolate...Nota mental...quizás pueda ponerlo a trabajar en mis cuadros mientras yo me dedico al dolce farniente...como desconozco si el amable robot tiene eso que llaman obsolescencia programada le meto mano por debajo del pantalón antes de que se me apague...no vaya a ser... |