martes, 24 de abril de 2012

JODER


 Todos los paraguas salen volando enpujados por el cálido viento creando efectos caleidoscópicos en el aire mientras las nubes Sonrosadas y Voluptuosas corren ufanas en el cielo de mentira que los protege.La Señorita Okumura introduce sus pies cansados en el agua de un irreal color turquesa mientras el trozo de madera en el que se sienta después del naufragio,que es altamente inestable, se balancea hacia los lados con riesgo de hacerle caer al agua junto con Gato que juega distraido a su lado con un familiar del cangrejo Sebastián que ha cazado casi sin esfuerzo.
Los trozos del barco hundido se extienden hasta donde su vista puede alcanzar, como el atrezzo de una ópera alemana que hubiera explotado por los aires repartiéndolo en minúsculas porciones, llevándolo muy lejos. Ella que es previsora y nada rencorosa, va recogiendo aquello que le interesa y lo guarda en su maxi bolso de Prada, un Gato Amarillo de la Suerte, una zapatilla New Balance azul, un muñeco SpongeBob que ha perdido su color, un Comodoro en miniatura con su mapa del tesoro, un libro hinchado de José Saramago, los billetes de un lejano viaje a Paris, cientos de fotos llenas de antigua y caduca felicidad...las aletas de los gigantescos tiburones blancos emergen cercanas,se acercan poco a poco previsiblemente a cobrar su tributo de sangre, dolor y rabia, aunque quizás ya no hay nada para ellos...
 El viento suave trae a sus oidos un lamento, la Diva Jessye Norman con un vestido de Issey Miyake verde esmeralda (con una chapa en la solapa de Obama), canta el "In Abendrot" de Strauss, trágica y preciosa a la vez, mientras lo hace se hunde en el agua y no puede evitar que sus ojos se llenen de lágrimas. Pero más cercana, de un gramófono antiguo que flota encima de una Tortuga Laud, la voz madura de Christopher Plummer canta suave Edelwise a capela y las Sirenas traviesas le hacen los coros burlonas besándose entre ellas en la boca con mohines graciosos mientras comienzan a jugar a su alrededor salpicándola con una dorada invitación en mano para que bajen con ellas al fondo del mar donde los Problemas, los Sinsabores diarios y las Facturas dejan de serlo y los Sueños Rotos se convierten en realidad. Las lentejuelas en sus cabellos brillan como escamas de japonesas carpas gigantes y se mecen con la marea, mientras las estrellas rojas y los pececillos de colorines se esconden tímidos cuando se mueven, pero sus dientes son afilados y si te acercas demasiado su olor es como de algo sin vida que llevara demasiado tiempo en el agua.


El hombre muerto que flota a su lado tiene una camisa de cuadros de Sprinfield y los pies descalzos con calcetines de rayas, entre su pelo oscuro una colonia de medusas transparentes ha creado su casa y un lado de su rostro está completamente lleno de dolorosas picaduras en su piel podrida aunque por supuesto a él eso ya no le importa. Lleva un cartel pegado que dice algo así como "Hapylyhapylypu" que sale alejándose lentamente hasta que las letras (en Times New Roman) desaparecen porque no significan nada, en su mano aferrado un llavero con el lema "Mind The Gap"
La sonrisa ausente de su cara amoratada parece burlarse de todo, pero bien pudiera significar otras cosas. Cuando imagina que va a hundirse, la camisa se hincha de nuevo como la vela de un velero inglés y miles de burbujas refrescantes lo devuelven a la superficie, a su lado.


El fantasma transparente que está encima de ella flotando juega distraido con una playstation portable mientras mira con cara de pena y repite una y otra vez TeQuieroeTeQuieroehTeQueiroeh... Te Quiero eh en un mantra que parece no tener fin pero sin dejar de ver la pantalla tecnológica.
- Déjalo que se vaya...las imperativas palabras de Gato llegan nítidas a su cabeza. 
La Señorita Okumura entonces,con el corazón encogido, suavemente empuja con su pie el cadáver exquisito que se aleja rapidamente flotando con la marea envuelto en blanca reluciente espuma de mar.


La amable enfermera le dice que ya puede levantarse mientras enciende las luces de la sala en penumbra. La Señorita Okumura se incorpora y cae en la cuenta de donde se encuentra, vuelve poco a poco a la fria realidad del hospital reluciente.Se mira las piernas por debajo de la bata blanca, balanceándolas en el aire como una ninfa pequeña y delicada.
-Estoy horrible... mira qué piernas...el blanco engorda- le dice a Gato escondido en su bolso-
-A mi me gustas...personalmente creo que estás muy guapa -dice Gato mientras la abraza-.
En el hilo musical de la reluciente sala la niña Kylie canta no se qué de que no te puedo echar de mi cabeza...
 -JODER -piensa la Señorita Okumura poniendo los ojos en blanco...

P.D-el cuento de hoy es para Miriam que quisiera adoptar a Gato y para mi Negri. 
Los fotogramas son de la película "el árbol" de Julie Bertucchelli,recomendable....

2 comentarios:

Tender dijo...

QUE BUDA...

Que Buda bendiga toda la sensibilidad que destilas con cada una de tus palabras;

que bendiga tu ojos, y de la misma manera tu mirada de la vida, de las personas, de los acontecimientos;...

que bendiga tus manos, y de la misma manera tu tacto para que continúes comunicando la belleza por medio de ellas;...

que bendiga especialmente tu corazón, para que nunca se canse de amar, para que pueda ser bendecido a su vez, con todo el amor que mereces, un eterno tsunami...

que Buda te bendiga Bruno.

Tender

Anónimo dijo...

UN EMAIL

Un email de alguien esperado...

Siempre las mismas sensaciones,...

Unos dedos que no aciertan a teclear, intentado tocarle...

Una respiración que se acelera,
intentado respirarle,...

Un corazón que late rápido, intentando alcanzarle,...

Hoy he vuelto a sentirlo...

Gracias Buda

Tender